Cultura

Hemingway el hombre que tuvo que destruirse para no ser derrotado. Parte I

POR: ABIUD VARGAS

Cofundador de Movimiento Evolucionario A.C.

Escritor estadounidense, considerado de los más importantes novelistas de su generación y que, en palabras de sus biógrafos, convirtió la narración en prosa en un medio físico, limpio de todo lo que fuera cerebral o fantástico. Aficionado a las corridas de toros, a la cacería, al box, al alcohol y a las mujeres (considerando que todos estos eran deportes peligrosos).

Ernest Miller Hemingway hoy en día sigue, a través de sus escritos, llenando nuestra imaginación de héroes solitarios, de aventureros en busca de emociones inéditas, es decir, nos sigue llenando de sí mismo y de sus sueños.

Nació en Illinois en el año de 1899, inició de muy joven como reportero en el Kansas City y en el Toronto Star; este trabajo periodístico le permitió realizar su primer viaje a París donde conoció a Gertrude Stein y a la mayor parte del grupo de escritores, que incluido él, pasarían a formar parte de lo que se conoció como la “Generación Perdida”.

Creador de un género literario crudo y realista –que aunque en cierto modo podría considerarse género periodístico- adquirió su estilo único en la pluma de Hemingway y prácticamente todas sus obras recogen expedientes personales de sus viajes y vivencias en países como Francia, España, Italia y algunos otros de África y Norteamérica, poniendo un sello tan característico en sus escritos, que dependiendo del lector, puede percibirse como la sencillez de lo excelso o lo excelso hecho sencillez, pues como lo llegó a mencionar William Faulkner “Ernest Hemingway nunca ha utilizado una sola palabra que pueda enviar a un lector al diccionario”.

Es importante destacar que para la creación de este estilo –considerado por algunos como la ruptura del concepto en la literatura del siglo XIX y una propuesta para la del siglo XX- y de tanta influencia sobre escritores posteriores, tuvo que pasar sobre un aprendizaje difícil con el consejo y dirección de amigos que conoció en París, pues Europa le proporcionó la mejor de las entradas para un escritor en ciernes, así en la figura de escritores como Gertrude Stein, a quien le aprendió lecciones prácticas de escritura, obvio con grandes reticencias o hasta peleas violentas entre ambos; Silvia Beach, quien le ofreció la mejor biblioteca en Inglés de París; Ezra Pound le habló de la renovación literaria de la época, y en general, todos coinciden en departirle de una literatura esencialmente exigente consigo misma, muy precisa y completamente anti retórica. De ellos aprende, porque quizá antes de pelearse con todos, supo escuchar “Escuchar detenidamente te hace especial, pues casi nadie lo hace” (Hemingway).