En Gualupita se benefician con la venta de ropa artesanal de invierno
**Creció el flujo de compradores del centro del país y extranjeros ahora que bajó más la temperatura, platica un seguidor de la dinastía Gutiérrez
Por José Ángel Gutiérrez López
Fotos. Cortesía
Santiago Tianguistenco, Méx.- Decenas de familias de la población de Guadalupe Yancuictlapan, mejor conocida como Gualupita, en el municipio de Tianguistenco, se benefician de las bajas temperaturas, al reportar incremento en la venta de ropa invernal de confección artesanal.
En este lugar pequeño en extensión y grande en tradición –tanto a nivel estatal como nacional–, hombres y mujeres con manos creativas también reciben a visitantes extranjeros, especialmente los sábados y domingos durante el tianguis artesanal y comercial.
Gualupita registra la visita de compradores del Estado de México, así como de entidades como Hidalgo, Tlaxcala, Puebla, y Michoacán, quienes adquieren prendas elaboradas en lana de borrego natural y teñida, además de materiales sintéticos de todos colores.
“Nosotros trabajamos el suéter, la capa, el chaleco, el gorro y la bufanda, tanto de lana teñida como natural, ya que de la familia provino esta artesanía”, señala don Ranulfo Gutiérrez Hernández, hijo de Zenón Gutiérrez Ferreyra, precursor del suéter de lana en la población.
Don Ranulfo indicó que se registraron más visitas de compradores ahora que el frio azotó el territorio con mayor intensidad, lo que nuevamente colocó a Gualupita como un favorito en esta actividad, aunque los compradores no dejaron de acudir desde diciembre pasado.
Los artesanos, quienes también ofertan abrigos, gorros, bufandas, capas y botas de descanso, siguen produciendo las tradicionales “Mañanitas”, prendas tipo capa con caída frontal y trasera preferidas por mujeres que optan por tener manos libres y cubrir espalda y abdomen.
En el pueblo se producen prendas de hilo de lana y materiales sintéticos como acrilán, mediante texturas lisas de cadena sencilla y doble, así como trenzados, surco y otras texturas, con grecas complejas y simples en colores variados y toda figura presente en la imaginación.
“Mi papá empezó con el suéter de lana en el año de 1920, cuando le enseñó un señor que estaba preso (…) La actividad ya creció con los años y muchos en el pueblo ya saben hacerla, por eso se valora más la producción en Gualupita, que ya es ampliamente conocida”, indicó.
También se pueden encontrar cobijas, gabanes y jorongos, aunque estos son elaborados por otros artesanos en telares de pedal, a través del llamado hilo torcido, pero también son adquiridas en gran escala para mitigar los fríos invernales.