Educación

Salud física y mental de los maestros

POR Gali-Leo

El próximo 12 y 13 de junio, se aplicará la Evaluación PLANEA Sexto de Primaria con consabido propósito de conocer la medida en que los estudiantes logran el dominio de un conjunto de aprendizajes esenciales en Lenguaje y Comunicación y Matemáticas. Se aplica a una muestra representativa de estudiantes que cursan sexto grado de primaria, de cada uno de los aproximadamente 90,000 planteles educativos de las 32 entidades federativas (Programa de aplicaciones de las evaluaciones 2018 INEE-SEP).

Los resultados se darán a conocer entre los meses de octubre y noviembre, mismos que seguramente denotarán poco avance en la calidad del Logro Educativo; a partir de esos resultados, nuevamente habrá que revisar su relación con factores como los didácticos – pedagógicos, la selectividad de los maestros, las condiciones organizacionales y de gestión de las autoridades de supervisión y directores escolares, la participación de los padres de familia, etcétera.

Sin embargo hay un factor que por lo general ha estado ausente en los análisis factoriales que afectan la calidad del Logro Educativo y ese elemento es la Salud Física y Mental de los Maestros y de las Maestras.

Al respecto damos a conocer un breve extracto de una investigación realizada en México relacionado con el tema.

Hace décadas, el tema de la Salud Mental de los Maestros de lo que en México se conoce como Educación Básica, ha sido objeto de investigaciones científicas y tema de debate sobre políticas educativas nacionales en diversas partes del mundo; en México los estudios son incipientes y aislados.

En la década de los años 80´ Freudenberger y Richelson, crearon el concepto “Agotamiento Emocional” (Síndrome Burnout), que según los investigadores se caracteriza por “…la pérdida del idealismo y entusiasmo en torno al trabajo educativo…”, a partir de esa época los estudios sobre la problemática mental del magisterio han refinado las características del Síndrome de Burnout.

Maslach y Jackson (1981) refinaron el concepto del burnout diferenciando tres niveles:

  1. a)Despersonalización,entendida como un distanciamiento del sujeto con relación a los demás actores en su entorno;
  2. b)Devaluacióndel trabajo propio con otras personas y la disminución del compromiso personal hacia su tarea laboral, y
  3. c)Agotamiento emocionalque se expresa a través de un vacío emocional, al tiempo de experimentarse una decreciente capacidad de manejo del estrés laboral, irritabilidad, ansiedad, tristeza y la disminución gradual de la autoestima.

Por lo general, el burnout es acompañado, según los estudios de Sakharov y Enzmann (1983) por la agudización de algunos síntomas somáticos como cansancio físico, dolor abdominal y dolor de espalda; problemas de respiración, tensión muscular, sudoración fría (Pines, 2002), y síntomas psicosomáticos, como insomnio, cefaleas y úlceras.

El problema de la salud mental, caso particular del Síndrome de burnout en el magisterio se asocia al estrés laboral y a las condiciones laborales en las escuelas (Friedman, 1995).

En México, la investigadora Ma. Guadalupe Aldrete y su equipo de colaboradores, (2003) detectaron en una muestra aleatoria, compuesta por 301 maestros de primaria del área metropolitana de Guadalajara, los siguientes resultados:

79.4% de los maestros mostraron afectación en una o varias áreas del burnout. Del total, 25.9% presentó un alto grado y 37.9% un mediano grado de agotamiento emocional;

21.9% reportó un nivel elevado de baja realización en el trabajo y 28.2% un nivel mediano.

Finalmente, en 5.6% de los docentes se encontró un alto grado y en 14.3% un mediano grado de despersonalización.

Los autores observaron una relación estadística significativa entre el burnout y la antigüedad laboral, la escolaridad de los participantes en el estudio y el trabajo en el subsistema federalizado.

Otro estudio con 137 profesores del sistema de enseñanza primaria, secundaria y preparatoria de la ciudad de Colima (Laca y Mejía, 2005) no especificó la intensidad del burnout, pero detectó una mayor vulnerabilidad de los hombres en cuanto al estrés por el rol que desarrollan en la escuela presentando agotamiento emocional, despersonalización y falta de interés en la realización de sus tareas.

Según dichos autores, los maestros por contrato tienen mayores niveles de despersonalización y burnout que los profesores que cuentan con una base laboral definitiva.

El estudio evidenció que las condiciones organizacionales de las escuelas, las preocupaciones profesionales, los bajos salarios y las quejas por falta de reconocimiento profesional fueron los factores que en mayor medida afectaron a los maestros jóvenes (22 a 31 años de edad). Los profesores maduros (más de 45 años de edad) se observaron menos vulnerables.

Diferencias similares se presentaron también en cuanto a los años de experiencia profesional: las condiciones organizacionales y administrativas (reconocimiento profesional) agobiaron en mayor grado a los profesores menos experimentados que a aquellos con mayor experiencia profesional.

Es tiempo que las Autoridades Educativas del Estado de México y los Sindicatos de Maestros tomen en consideración la Salud Mental y Física de los Docentes como un elemento fundamental que puede en el mediano plazo mejorar los resultados educativos.

Para mayores detalles del estudio consultar: http://www.scielo.org.mx o Revista Mexicana de Sociología. Vol.69 no.3 México jul./sep. 2007.