Equinoterapia, cambia vidas
Cada día, en Rehabilitación Infantil Equinoterapéutica (RIE), convergen historias de niños, desde ocho meses, hasta personas de 45 años de edad, donde los caballos son el medio para brindarles terapia que los sanen física, mental y emocionalmente, al elevar su autoestima y mejorar su capacidad de desarrollo en su entorno social.
Constituida legalmente en el año 2010 ante la Junta de Asistencia Privada del Estado de México (JAPEM), organismo sectorizado a la Secretaría de Desarrollo Social, RIE atiende a 132 pacientes, a la mitad de ellos de forma gratuita, quienes padecen diferentes patologías como síndromes de Down, Pallister Killian y West, así como trastornos del espectro autista, déficit de atención, problemas conductuales y emocionales.
Ahilen Nájera es madre de la pequeña Elissa, de cuatro años de edad, quien padece retraso motriz con daño neurológico, ella comenta que nunca antes imaginó que un día llegaría a RIE, donde los terapeutas de su niña se llaman “Coronel”, “Bayo”, “Bimbo”, “Marlina”, “Candy”, “Luna” y un pony de nombre “Chupón”.
“Nunca pensé que llegara a convivir en un ambiente como éste, hasta ahora que soy madre de una niña con discapacidad; gracias a la equinoterapia mi hija no le teme a los animales y juega con ellos, los acaricia, les habla y abraza.
“Mucho antes de que Elissa comenzara a recibir su terapia a caballo, no hablaba, sus articulaciones estaban rígidas y ella se pasaba el tiempo “hecha bolita”, parecía un trapito, me dijeron los neurólogos que nunca se iba a mover y ahora ya casi camina sola. Cuando viene aquí está muy contenta y sale muy feliz, todo el esfuerzo ha valido la pena”, expresó.
Mientras observa la terapia de su hijo Samuel, de dos años, quien padece Síndrome de West, que involucra retraso psicomotor y espasmos epilépticos, Linda Pérez platica que el niño comenzó la terapia equina desde hace un año y seis meses.
“Cuando inició no tenía control de cuello ni de cabeza, no comía nada sólido, sólo leche, al mes de su terapia empezó a tener control de cuello y ha ido avanzando progresivamente, ahora ya está en proceso de gateo, come solo y próximamente abordará su terapia de lenguaje.
“Socialmente ha mejorado mucho, antes ni cuenta se daba de la presencia de las demás personas, ahora es muy sociable, juega, ríe, también expresa sus necesidades, ya dice mamá, papá, pan, cada día va avanzando, él ya no convulsiona, no tiene espasmos”, explicó.
Refiere que tras conocer la situación de su hijo, el niño comenzó a recibir terapia física desde los tres meses, pero no se veía ningún avance, de manera que investigó otras alternativas en internet y encontró a Rehabilitación Infantil Equinoterapéutica, Institución de Asistencia Privada, lo que ha resultado muy beneficioso para su neurodesarrollo.
“RIE ha sido de gran beneficio para mi hijo, cumple todas mis expectativas y me da mucha confianza dejar a mi hijo en manos de los terapeutas, para mi familia ha representado mucho bienestar emocional y sobre todo la satisfacción de que está desarrollando sus capacidades para tal vez, en un futuro, llegar a ser independiente, que es nuestra principal preocupación”, indicó.