El agua como elemento esencial para el desarrollo sostenible
POR María José Bernal Ballesteros
Los recursos hídricos y la gama de servicios que prestan desempeñan un papel clave en la reducción de la pobreza, el crecimiento económico y la sostenibilidad ambiental. A su vez, la Organización de las Naciones Unidas refiere que el agua es un elemento esencial para el desarrollo sostenible.
El agua propicia bienestar a la población y crecimiento inclusivo, y tiene un impacto positivo en la vida de millones de personas, al incidir en cuestiones que afectan la seguridad alimentaria y energética, la salud humana y el medio ambiente (ONU, 2019).
Este elemento es prioritario en el día a día de cada ser humano y resulta impensable saber que aún existen personas en el mundo para quienes este derecho es una utopía, viven sin tener acceso al agua en la realización de sus actividades cotidianas, dentro de sus hogares, escuelas, lugares de trabajo, centros de salud. Lo cual obstaculiza su buen desempeño en sus tareas y les provoca problemas de salud.
No obstante, hasta la fecha no existe una plena conciencia mundial acerca de cómo la utilización del agua tiene una relación inminente con la economía o la calidad de vida de la población, ya que gran parte de la productividad económica se obtiene de la misma, por lo cual es recomendable que el aprovechamiento deba ser visto desde una perspectiva de sostenibilidad.
Las Naciones Unidas estipularon que el vital líquido es un derecho que deben disfrutar todos los seres humanos, a través de la Resolución 64/292, del 28 de julio de 2010, en ésta la ONU, reconoció que “el derecho al agua potable y el saneamiento es un derecho humano esencial para el pleno disfrute de la vida y de todos los derechos humanos”.
Por derecho humano al agua se entiende el derecho de toda persona, sin discriminación, a disponer de agua suficiente, segura, aceptable, accesible y asequible para uso personal y doméstico, y comprende el agua para el consumo, el saneamiento, la colada, la preparación de alimentos y la higiene personal y doméstica (onu, 2019).
En el 2019, siguen siendo factores para el acceso, consumo y disposición del agua el lugar de nacimiento, el género, la edad, la etnia, el grupo al que se pertenece, la situación económica, la salud; debido a que no es suficiente con que se tenga agua, sino que también se debe contar con los medios para beberla de un modo seguro.
Los servicios de abastecimiento de agua deben satisfacer las necesidades de los grupos marginados y sus voces deben ser tenidas en cuenta en los procesos de adopción de decisiones (ONU, 2019). Razón por la cual, es importante que se continúe trabajando en el acceso de todos al agua no contaminada, priorizando a los que, debido a su escasez, se encuentran en riesgo.
Según el “Informe Mundial sobre el Desarrollo de los Recursos Hídricos (WWDR)” del 2018. Aún existen 3600 millones de personas viviendo en zonas con riesgo a sufrir escasez de agua al menos un mes al año.
Aunado a esto, el cambio climático, así como el crecimiento de la población desempeñarán un rol sumamente transcendental en la distribución del agua a nivel mundial, es por esto que se debe promover, garantizar, respetar y proteger este derecho humano.