Manos mexiquenses convierten la hoja de pino en artesanías de ocoxal
Una de las ramas artesanales del territorio mexiquense, de las más antiguas y que maestras y maestros del arte popular trabajan en la entidad, son las fibras vegetales.
Tal es el caso de la hoja de pino, comúnmente llamada “ocoxal”, que es una fibra semidura que se utiliza como materia prima para crear cestería, entre la que destacan tortilleros, servilleteros, paneras, charolas, entre otras piezas, así como objetos decorativos.
Trabajar con esta rama es muy noble, a través de ella se distingue a las y los artesanos por tener una habilidad manual e imaginación, al aprovechar los materiales flexibles y naturales de su región.
El proceso inicia desde la recolección del ocoxal en los bosques de pinos, donde se va seleccionando la hoja de acuerdo con su tamaño y posteriormente se lava para quitarle las impurezas y se prepara para ser tejida.
Las herramientas que utilizan los creadores son hilo cáñamo, aguja y tijeras para ir tejiendo y darle la forma deseada, aparte de la cestería, también elaboran alhajeros, aretes y collares.
A través de la innovación, estas artesanías han tenido una buena aceptación en el mercado por sus aplicaciones en latón, acero inoxidable u otros materiales para combinar texturas y hacerlas más vistosas, además de darle ese toque de elegancia a los productos.
Las artesanas y los artesanos dedicados a este oficio se encuentran principalmente en los municipios de Donato Guerra, Ixtapan del Oro, Valle de Bravo, Jocotitlán y Jiquipilco.
Cabe mencionar que estas artesanías son amigables con el medio ambiente, además de poseer un aroma a bosque.
El Instituto de Investigación y Fomento de las Artesanías del Estado de México (IIFAEM), a través de sus Tiendas de Artesanías “Casart”, invita a consumir lo hecho en el Estado de México.
También pone a su disposición la venta en línea en las plataformas de Amazon, Mercado Libre o WhatsApp al 722-148-6220.