Cultura

Pueblos Mágicos mexiquenses ofrecen una experiencia llena de aventura, historia, gastronomía y naturaleza a sus visitantes

El Gobierno del Estado de México a través de la Secretaría de Cultura y Turismo invita a visitantes y turistas a descubrir la riqueza histórica, cultural, artesanal, gastronómica y natural de sus 12 Pueblos Mágicos.

El Oro, Malinalco, Metepec, Tepotzotlán, Valle de Bravo, Ixtapan de la Sal, Teotihuacán y San Martín de las Pirámides, Aculco, Jilotepec, Villa del Carbón, Tonatico y Otumba representan alternativas frescas y variadas para los visitantes nacionales y extranjeros.

Los Pueblos Mágicos del Estado de México han conservado su arquitectura original, tradiciones, historia y cultura, además de que poseen atributos simbólicos como las leyendas, historia y hechos trascendentes para promover el turismo.

Una excelente alternativa es Aculco, donde las y los visitantes podrán conectar con la naturaleza en la cascada de La Concepción, la cual alcanza más de 25 metros de altura, con sus paredes de basalto que la hacen el lugar perfecto para practicar rapel.

También se encuentra la cascada Tixhiñú, con una caída de 15 metros de altura que cuenta con un cañón en el que las y los visitantes pueden realizar campismo, rapel y ciclismo de montaña.

En este Pueblo Mágico los Lavaderos Públicos son el lugar perfecto para conocer sus leyendas, además de admirar la Parroquia de San Jerónimo, cuya arquitectura es de estilo barroco, recorrer las principales calles a través del tranvía la Adelita y finalmente degustar quesos artesanales.

Ixtapan de la Sal es considerado un destino de salud, energía, descanso y bienestar. Uno de los sitios a visitar es el Balneario Municipal “El Bañito”, el cual cuenta con aguas termales, una alberca para aplicación de barro, además de tinas de hidromasaje y masajes terapéuticos.

Para la diversión de toda la familia está el Parque Acuático Ixtapan, con sus toboganes, albercas, aguas termales y su famoso trenecito.

En la zona centro se encuentra el tradicional jardín municipal con su quiosco y el monumento Mártires de Ixtapan, realizado por el escultor Juan Francisco Escalona; aquí también se puede degustar unos ricos esquites o nieves de la región.

Las y los amantes del turismo religioso disfrutarán de recorrer y admirar la Parroquia de la Asunción de María y Capilla del Señor del Perdón, construida en el siglo XVI, de estilo tequitqui, mejor conocido como plateresco español, con algunos detalles barrocos.

Llenos de historia y misticismo están Teotihuacán y San Martín de las Pirámides, que se distinguen por su zona arqueológica que es Patrimonio Cultural de la Humanidad.

Ambos municipios cuentan con temazcales y con gastronomía prehispánica, donde destacan sus salsas, mermeladas y conservas hechas de productos naturales como el xoconostle, la tuna y el nopal; artesanalmente son reconocidos por la fabricación de diversas piezas de obsidiana.

Por su parte, Villa del Carbón está rodeado por la Sierra de Monte Alto, con parajes boscosos, montañas, cascadas y vegetación. Su cabecera municipal se distingue por conservar su estilo colonial que se aprecia en las calles empedradas, los altos muros de adobe y los techos de teja roja.

En este destino se puede disfrutar de la conexión con la naturaleza en las presas del Llano y Taxhimay y disfrutar de la aventura con actividades como la tirolesa, el senderismo, el campismo e incluso la pesca.

Villa del Carbón se distingue por su vocación artesanal talabartera, con piezas únicas elaboradas en piel, entre las que destaca el famoso botín charro, que le ha ganado el nombre de la “Capital del Botín Charro”, además de la elaboración de rompope artesanal.