Se inundan canchas y un parque ecoturístico en Almoloya del Río
**La laguna Chignahuapan reclama más espacio y de paso contamina terrenos aledaños, debido a las lluvias y a la falta de mantenimiento
por José Ángel Gutiérrez / Fotos: Cortesía
ALMOLOYA DEL RÍO, Méx.- Anteriormente figuró como un manto de agua cristalina, con muchas visitas de turistas. Pero hoy día, la laguna Chignahuapan, en el municipio de Almoloya del Río, refleja desolación por su líquido contaminado, así como daños a canchas y parque ecoturístico.
Ahí donde nace el río Lerma, el paso del tiempo no ha sido en vano. Las recientes lluvias, el descuido y falta de mantenimiento por parte de los gobiernos municipales, incluido el edil actual, Margarito Tejas Arcadio, han influido en su deterioro.
Tlatoani constató que entre calle Heriberto Enríquez y Paseo Arboledas, en su tope poniente con la laguna, canchas destinadas a la práctica del baloncesto no sirven por ahora para el deporte ráfaga, ya el concreto simula césped por contener agua combinada con lirio acuático.
En este mismo sector se distingue la anegación en canchas de futbol, con una delimitación de Arboledas a través de un muro con herrería, cuyos espacios permiten observar más agua acumulada de portería a portería.
A un costado se vislumbra un aspecto desolador, especialmente en la llamada colonia La Campesina, ya que el agua reclamó más espacio en este 2018, al grado de amagar con entrar a viviendas de las calles Alamo y circundantes, donde hay fango con olor poco agradable.
Y en el extremo opuesto de Arboledas, los juegos infantiles atraen poca atención de los niños, pues debajo de ellos hay fango acumulado por las lluvias y también por las filtraciones de los bordos de la laguna.
Un río artificial, habilitado desde la inauguración del parque, tiene trayectoria paralela a con la vialidad, a unos 10 metros de distancia, pero también contiene agua contaminada, a pesar de que todo el año está seco porque el ayuntamiento no habilita el sistema de corriente de agua.
En la laguna, los espacios están negados a pobladores y visitantes, quienes son “vigilados” desde un módulo de la policía municipal, que luce abandonado y también rodeado de líquido con agentes contaminantes, ya que la laguna también acoge drenajes vecinales.