Gozan el Día de la Tierra entre agua y bosque, en San Pedro, Xonacatlán
**Se registran visitas de familias de varios municipios, con el manantial, los árboles y el agua cristalina invitando al cuidado del medio ambiente y los recursos naturales
Texto y fotografías: José Ángel Gutiérrez López
XONACATLÁN, Méx.- Visitantes de varios municipios mexiquenses no pasaron inadvertido el Día Internacional de la Madre Tierra. Y lo vivieron en Xonacatlán, entre un manantial, agua pura del subsuelo y un entorno del bosque que aún sobrevive en la región.
“Yo no pensaba que Xonacatlán tuviera este tipo de sitios que nos dan nostalgia, porque, si bien muchos conocimos ríos limpios, hoy los vemos contaminados, y sitios como este todavía presumen agua clara”, comentó don Rafael, un visitante del municipio de Lerma.
Niños, jóvenes y adultos realizaron días de campo y caminatas en la zona arbolada de barrio San Pedro, zona serrana de la delegación San Miguel Mimiapan del municipio xonacatlense, sin perder oportunidad de chapotear en el agua fría de la alberca del lugar.
“Pareciera que el agua está turbia, pero ya vimos que no; lo que hace verla así son las ramitas que caen de estos grandes cedros. No trajimos traje de baño, pero hay que meternos a nadar”, decía doña Rebeca, quien vino desde la capital mexiquense con la familia.
Xonacatlán figura por sus actividades económicas, a través de artesanos, fabricantes de muñecos de peluche, horticultores y productores de árbol navideño, entre otros, pero no pinta en el mapa turístico. Sin embargo tiene sitios preferidos por las familias.
Uno de esos sitios es la alberca de San Pedro, ubicada frente a la capilla cuyo santo patrono lleva el mismo nombre. Ahí hay un manantial, un recinto de visita obligado en fechas como el Día de la Tierra, al menos por quienes saben de la existencia del lugar.
En la alberca hay un islote empastado en el centro, con árboles y bancas metálicas que complementan un descanso acompañado por el paisaje del agua, el trinar de algunas aves, así como el escaso ruido de los automotores y sus amables lugareños.
“En una fecha como esta vale la pena visitar estos sitios, pues son quizá de los pocos sobrevivientes con agua potable, pura y cristalina, esa que ya no existe en gran parte del México y del mundo”, decía la joven Isabel, una visitante de Morelia, Michoacán.
Fue un paseo de varias personas, cada una con su familia, con algunos de ellos motivados por el cuidado del medio ambiente y el uso responsable de los recursos que brinda la madre tierra en su día de festejo mundial.